Guia para escuchar Música clásica
Guía para escuchar música clásica:
Para disfrutar de una audición de música clásica o por ser más correctos música culta, es preciso que el oyente esté preparado para hacerlo. Una exposición previa y progresiva a fragmentos de una obra musical, sería la manera de ir educando nuestro oído habituándolo a una música que cada vez es más difícil escuchar en cualquier momento de nuestra vida cotidiana. Es muy frecuente encontrar personas que manifiestan una rotunda hostilidad ante la música clásica que jamás se han sentado a escuchar ni un pequeño fragmento o han acudido a un concierto. La civilización occidental está perdiendo oído; la sociedad moderna, especialmente en países con poca tradición musical, solo reclama música de fácil consumo. Nos estamos perdiendo sonoridades y músicas en las que entre otros aspectos están nuestras raíces musicales. Debemos darnos al menos la oportunidad de conocer estas músicas y valorar si nos gustan o no. Para apreciar a fondo la música es necesario comprenderla y estar familiarizado con ella. Conocer la época en la que se compuso una obra musical, quien era su compositor o la forma musical que ha adoptado pueden ayudarnos a acercarnos a ella con la predisposición adecuada. La música, como un paisaje, depende de su forma para impactar en su público. La música adopta la forma que le dan la elección personal del autor y la influencia de la historia. Las formas de la música están en constante evolución, existen modas, modos que aparecen y se olvidan, instrumentos que quedan anticuados u otros que se retoman y continuamente surgen nuevas estructuras y sonidos. Los músicos crean melodías a las que dotan de acompañamientos, inspirándose en sonidos de la naturaleza o de la actividad humana. Los ritmos más emocionantes tienen su origen último en el latido del corazón, en el pulso y en gran variedad de actividades del cuerpo como la danza u otra expresión corporal. Todo ello puede inducir a confusión, pero la música, de ayer y de hoy es una aventura llena de emoción y de gozo, un viaje de descubrimiento que hacemos durante toda nuestra vida. En la mente de la persona que se dispone a escuchar música que ya ha adquirido un conocimiento y se ha preparado para disfrutar de la misma, se generan algunas expectativas lógicas:
Cada audición musical sea cual sea su duración, su complejidad o su entorno cultural, se incorpora a nuestra experiencia musical y nos prepara para posteriormente comprender y disfrutar aún más de la música. Robert Schumann en su Álbum para la juventud dedicado a los jóvenes músicos, recogió algunos interesantes consejos referidos a la audición musical:
Escuchar música en directo es la mejor manera de oír música. La experiencia en vivo en una sala de conciertos o en un kiosco de música al aire libre permite que todos nuestros sentidos se activen y se pongan al servicio de la música. La presencia de una orquesta o de un coro, el arrebato del sonido, la fascinación de la situación y el silencio del público, sitúan al oyente en un ambiente perfecto para escuchar música. Ni siquiera la más absoluta falta de interés puede eludir la tensión y la energía que transmite una orquesta en sus momentos más brillantes. Otras obras musicales más íntimas ejecutadas por varios instrumentos o voces son capaces de envolver al oyente en mágicas atmósferas musicales. Nuestro sistema nervioso se activa ante la experiencia musical en directo. La música se planta de cara al oyente y el estímulo intelectual y sensorial que produce nos lleva a recorrer estados mentales diversos y a captar la música en su dimensión y estado más puro. Fuente: Biblioteca UNED Mahler
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