No eres tú, en realidad soy yo. ¿O eres tú? ¡Es la estructura del jazz! Si hasta ahora no has entendido nada, no te desesperes, es lo normal. Es la misma reacción que muchos tenemos cuando nos aproximamos por primera vez al mundo del jazz. Escuchamos un tema y otro tema. Escuchamos otro tema más…y es entonces cuando nos dicen que el jazz tiene una estructura propia. Que si escuchas con detenimiento, es fácil comprender cómo funciona. Pero claro, por más que escuchas, tú sigues sin entender nada. Te gusta lo que escuchas sí, pero de ahí a «una estructura propia» te parece estirarse demasiado.
Y sin embargo, puedo prometerte una cosa. Al finalizar este artículo, descubrir cómo es la estructura de casi cualquier tema de jazz no te parecerá tan complicado. Todo lo que se necesita es prestar atención y un poco (bueno, al principio bastante) paciencia. Para ilustrar este post, sin ánimo de ser original recupero el libro «Cómo escuchar jazz» (Ted Gioia), que desde luego os recomiendo.
En primer lugar vamos a dejar algo totalmente claro: todo eso que has oído de que en el jazz de lo que se trata es de improvisar, es cierto…pero solo hasta cierto punto. Es verdad que en el jazz los músicos tienen más libertad que en otros estilos para digamos, desarrollar su propia «voz personal» (el caso opuesto en este sentido sería la música clásica), pero también lo es que en casi toda pieza de jazz existe una estructura que hay que respetar. De no hacerlo, todo lo que tendríamos sería cacofonía y ruido (que cuando es intencional, algunos dicen que es free jazz).
Cómo se construye un tema de jazz
Una cosa muy importante que tienes que saber es que la mayoría de las composiciones tienen un patrón propio, compuesto por el «tema« y sus «variaciones». Así, cada composición suele construirse a partir de tres partes diferentes. En primer lugar, los músicos tocan la melodía principal de la composición, o lo que es lo mismo, el tema. A continuación, comienzan las improvisaciones sobre esa armonía dominante y algunos, o incluso todos los miembros del grupo, disfrutan de un espacio propio para tocar sus «solos». Finalmente, todos los músicos retoman al unísono la melodía principal , repitiendo por última vez el tema.
En las composiciones clásicas (lo cual incluye la mayoría de los standards) resulta muy sencillo reconocer estas tres partes diferenciadas, principalmente porque todos los temas tienen una duración establecida: 32 compases de cuatro partes cada uno. Por supuesto podemos encontrarnos también otras duraciones, como 24 compases o en temas muy cortos, incluso de 12. Pero los 32 son la norma habitual. De hecho en ocasiones, hay temas de 16 compases, que por lo cortos que resultan, los músicos los repiten dos veces.
El formato más frecuente de este tema de 32 compases es AABA. Los dos temas principales A y B parten de salida con 8 compases. Tras repetir el tema A en dos ocasiones, se interpreta el tema B que sirve como contrapunto o como contraste del tema principal. A veces a este tema B se le llama también «Puente» ya que es el que nos devuelve, una vez finalizado, sobre el tema A. Es en este tema B sobre el que además solemos escuchar la mayoría de las improvisaciones que se realizan sobre A. ¿Dicho más claro? Un tema AABA cuenta lo siguiente:
- A – Introduce una idea
- A (2)- Desarrolla la idea
- B – Ofrece otra perspectiva o ángulo de vista
- A (3) – Recuerda la idea principal.
¿Complicado? No todos los temas lo son tanto. Algunos por ejemplo solo toman un tema A que se interpreta dos veces incluyendo ligeras variaciones, otros más sencillos aún, se limitan a exponer un tema principal A de 12 ó 16 compases.
Cuando se complican las cosas
Por supuesto no todas las estructuras son tan sencillas como AABA y músicos de todas las épocas han llevado la estructura del jazz mucho más lejos. «Sepia Panorama» de Duke Ellington y que cita Gioia en su libro, es un buen ejemplo. Si escucháis con atención el tema descubriréis que la estructura sobre la que se construye es la siguiente: ABCDDCBA y Coda. Vamos a verlo con detalle.
- Tema A (12 compases): Diálogo entre orquesta y contrabajo.
- Tema B: (16 compases): Diálogo entre vientos y metales.
- Tema C: (8 compases): Diálogo y saxo barítono.
- Tema D (12 compases): Improvisación de blues, con piano y contrabajo.
- Tema D (12 compases): Improvisación de blues, con saxo tenor
- Tema C (8 compases): Diálogo entre orquesta y saco barítono.
- Tema B (8 compases): Diálogo entre vientos y metales.
- Tema A (12 compases): Diálogo entre orquesta y contrabajo.
- Coda (2 compases): Pasaje de conclusión.
Como veis, se trata únicamente de prestar atención e identificar las partes diferenciadas de cada tema. Por supuesto, es mucho más fácil decirlo (o en este caso, escribirlo) que hacerlo. Un clásico popular como «Night in Tunisia» tiene una estructura endiablada que llega a ser: Intro-AABAC-Corte-AABAAABA.
Saber cómo se construye una tema requiere práctica y por supuesto escuchar de forma activa (desde luego no piensas en AABA cuando vas en el metro o estás leyendo) y realmente no es tan importante conocer esta estructura si todo lo que te interesa es disfrutar de la música.
Pero si quieres dar un paso más, comprender cómo distintos artistas interpretan el mismo tema o qué hay debajo de lo que aparentemente solo es improvisación, ser conscientes de que existen estas bases, desde luego ayuda. Buena suerte con la escucha!
Fuente: Caravan Jazz