Teatros de ópera que debes visitar Música Es Vida hace 3 años Una noche en la ópera: los mejores teatros del mundo (como la Ópera Real de Versalles en París) Atención melómanos, la ópera está de moda. Más bien nunca dejó de estarlo. Es un secreto a voces que el placer que genera el ser humano ante la contemplación de la belleza no tiene más límites que los que el mismo le ponga. Y te aconsejamos que no le pongas ninguno cuando te vistas para la ocasión y se apaguen las luces. Aunque solo sea por disfrutar de la magia de las pasiones que a todos nos unen, aunque no entiendas ni una palabra de ese canto desgarrador y adictivo. Deja que la música se funda con los latidos de tu corazón y sueña. El Bolshoi (Moscú): un superviviente nato De nuevo un nombre que con solo pronunciarlo ya suena a música clásica. Uno de los teatros más famosos del mundo. Una cita ineludible si quieres disfrutar además de una de las orquestas más celebradas de todos los tiempos. El Bolshoi además es un superviviente nato, ha pasado por el fuego, la guerra y la revolución. Su espectacular fachada neoclásica es solo un anticipo de su impresionante interior, con sillas tapizadas en damasco rojo y madera de Chippendale. Si además te gusta el ballet, no lo dudes, te mereces ese capricho. Ópera de Oslo: un nuevo concepto de lujo operístico Excelente ejemplo de cómo invertir el dinero del petróleo del Mar del Norte, que fue decisivo para levantar este modernísimo edificio en 2008, inaugurando así un nuevo concepto de lujo operístico. Para empezar, cada asiento cuenta con una pantalla que ofrece subtítulos de la ópera que se represente en ocho idiomas, así que quedan pocas excusas para no disfrutar de una noche inolvidable. Si llegas de día, no olvides darte una vuelta por la terraza, disfrutarás de una magnífica vista sobre el puerto y los fiordos de Oslo. Ópera Real de Versalles (París): un canto al ingenio arquitectónico El interior del Teatro de la Opera del opulento palacio de Versalles es un canto al ingenio arquitectónico. Las paredes de madera fueron pintadas a semejanza del mármol y salvo que te fijes mucho apenas notarás el cambio. El dorado que parece flotar en todo el ambiente versallesco se funde perfectamente en el auditorio con los tonos pastel de sus paredes y el azul de su telón. Aquí pasan cosas extraordinarias, parece estar escrito en alguna parte. Para empezar estate atento a sus juegos de espejos, que multiplican determinados puntos de su interior. Para continuar, ten en cuenta que el teatro fue creado en 1769 para honrar el matrimonio del Delfín de Francia, el futuro Luis XVI con la princesa austríaca María Antonieta, que, aunque no tuvieron un final muy feliz, sí pudieron disfrutar de más de una inolvidable noche de ópera. Hoy la ópera de Versalles es un lugar privilegiado para celebrar galas y otros eventos especiales. The Royal Opera House (Londres): el teatro de George Handel En plena plaza de Covent Garden, rodeado de tiendas, bares de moda y alborotados transeúntes, el edificio de la ópera de Londres es un oasis en el inevitable ajetreo de una de las ciudades más vanguardistas del mundo. Y es el tercero, porque en esta ubicación existió un Teatro de la ópera desde comienzos del siglo XVIII. La estrella invitada siempre ha sido George Handel, que además de representar aquí su obra por primera vez, lo visitó cada temporada desde 1735 hasta 1759. Sydney Opera House (Sidney): un emblema contemporáneo Su impresionante exterior es un emblema mundial de la arquitectura contemporánea. Una silueta blanca que destaca en el azul púrpura del puerto, donde las velas y las conchas recuperan todo su esplendor marino de la mano de su creador Jorn Utzon. Su gran inauguración tuvo lugar en 1973 y desde entonces es uno de los edificios más emblemáticos del siglo XX. Si tienes la oportunidad de verlo, seguro que no te resistes a la tentación de vivirlo. Lincoln Center (Nueva York): la quintaesencia del glamour cultural El mítico hogar de la Metropolitan Opera, la New York Philharmonic y el New York City Ballet es la quintaesencia del glamour cultural de una ciudad que se precia de conocer bien todas sus vanguardias. El nuevo Met sustituye al viejo Met, que finalmente fue demolido. El nuevo vio la luz en 1966 y se estrenó con la ópera de Samuel Barber, Antonio y Cleopatra. El edificio es obra del arquitecto Wallace K. Harrison y es el auditorio de su tipo más grande del mundo, con capacidad para casi 4000 personas. Ser parte de un aforo completo es una experiencia inolvidable. Teatro Colón (Buenos Aires): un reclamo muy exquisito Este magnífico Teatro lleva la firma artística de un buen número de arquitectos. Y cada uno dejó su impronta. Quizá por eso su altivo porte siempre haya sido un reclamo para la clientela más exquisita y para los artistas más buscados. Terminado en 1908, emula a los grandes teatros europeos pero cuenta con un indiscutible toque colonial. Desde 2006 a 2010 vivió una completa reforma que le devolvió todo su esplendor sin restarle un ápice de calidad a su acústica. Gran Teatro del Liceo: el teatro más prestigioso de Barcelona Conocido simplemente como el Liceo es el teatro más antiguo y prestigioso de Barcelona, especialmente cuando se habla de ópera. Situado en el corazón de la Rambla, abrió sus puertas en 1847 y durante casi dos siglos ha sido un lugar de encuentro privilegiado entre el poder, la nobleza y la burguesía catalana que nunca faltaban a sus noches en el Liceo en los pisos bajos. En 1994 fue asolado por un incendio y la profunda conmoción que causó en la sociedad catalana reescribió su historia y consiguió que volviera abrir sus puertas en 1999. Hoy es sin duda un buen lugar para dejarse llevar por las pasiones de una ópera interpretada por los mejores artistas del momento. La Scala (Milán): el teatro más famoso del mundo Probablemente el teatro más famoso del mundo, el primero que nos viene a la cabeza cuando hablamos de ópera. Desde 1778, el hogar de Rossini, Bellini, Donizetti y Verdi, entre otros. El golpe de genialidad se lo regala el túnel excavado bajo el suelo de madera de la orquesta, según los entendidos, el culpable de que su acústica roce la perfección. Tomar un aperitivo en las elegantes calles de Milán y terminar la noche en la Scala es un placer que no deberías negarte. Ópera de París: un edificio lleno de historia Estás a punto de entrar en uno de los edificios del planeta que más historias por contar colecciona. Si las paredes hablaran, podrían mantener tu mente ocupada muchas horas, aunque en realidad ya lo hacen, no tienes más que vestirte para pasar una noche de ópera y dejar que la historia sume otro capítulo. Pero antes disfruta de una fachada espectacular que incluso llama la atención en una ciudad tan cargada de arte como es la capital del Sena. Una especie de merengue arquitectónico que vio la luz en 1875 cuando Francia vivía con suntuosidad cortesana su Segundo Imperio. Para ponerle la guinda, en 1962 Marc Chagall creó los frescos del techo del Palais Garnier detalle que supo situar al edificio en la parte más elegante del siglo Ópera Estatal de Viena: un canto a la libertad Una de las más famosas y también una de las bellas. Presidiendo una despejada plaza en pleno centro de la ciudad, sintetiza la dramática elegancia del bell canto. Lo cierto es que no pudo tener mejor arranque, fue inaugurada en 1869 con la representación de Don Giovanni, de Mozart. A pesar de todo la guerra no pasó de largo y a finales de la Segunda Guerra Mundial, concretamente en marzo de 1945, buena parte quedó destruida por un bombardeo aliado. La gran escalera fue la gran superviviente y hoy el edificio muestra una excelente muestra fotográfica de su orgullo herido. El Teatro reabrió sus puertas tras la ocupación rusa y para celebrar su vuelta a la vida eligió representar Fidelio de Beethoven, un canto a la libertad. Teatro di San Carlo (Nápoles): el Teatro en activo más antiguo del mundo Magnífica bombonera en rojo y oro, el Teatro en activo más antiguo del mundo y, hasta que llegó la Scala, el más prestigioso de Italia. Fue construido en 1737 y desde entonces es un emblema de la ciudad y un símbolo de su modo de vida. Entre el caos metropolitano de Nápoles y su inevitable arrullo mediterráneo, encontrarás un hueco para viajar en el tiempo e imaginar el ambiente cuando Rossini presentó algunas de sus mejores óperas. Teatro Principal de Mahón (Menorca): el más antiguo de España Es el Teatro de ópera más antiguo de España. Construido en 1869 por el arquitecto italiano Giovanni Palaggi, este año está de enhorabuena tras recibir la Medalla de oro de las Bellas Artes. El Teatro, apenas encajado en el recoveco de una callejuela del centro de Mahón, es una bombonera perfecta y sabiamente rehabilitada. La temporada de ópera en la isla de Menorca es un acontecimiento social para todos los públicos y la historia del teatro, desde sus inciertos orígenes allá por el siglo XVII hasta nuestros días, un buen motivo para escaparse a esta isla privilegiada. Teatro Manoel (Valletta): el tercer teatro más antiguo de Europa El tercer teatro más antiguo de Europa sigue funcionando para mayor gloria de los malteses que defienden esta joya arquitectónica de su capital con una programación cuidada y de calidad donde por supuesto no falta la ópera. Es el hogar de la Orquesta filarmónica nacional de Malta, un motivo más para dejar que la música clásica genere un recuerdo imborrable de nuestro paso por la fascinante Isla de Malta. Fue precisamente uno de sus caballeros el Gran Maestro portugués Antonio Manoel de Vilhena quien encargó el teatro en 1731 y se personalmente financió la construcción para que sirviera de recreación para la gente hones Fuente: Traveler ¡Muchas Gracias Por Votar!