La música atonal supone un «enigma» para muchos estudiantes y estudiosos de la música. Muchas veces se le aplican adjetivos como «disonante», «aleatoria», etc…, otras veces se asocia con música «oscura», «siniestra». Independientemente de que este tipo de música debe resultar atractiva, como cualquier otro tipo de música, debemos asentar, de inmediato, algunas premisas:
- La música atonal es un lenguaje musical diferente de la música tonal y de la música modal. No hay lugar para comparaciones.
- La música atonal, como lenguaje en sí mismo, puede expresar cualquier tipo de sensación: lirismo, alegría, tristeza, etc… Todo depende de cómo se utilice. Esto significa que el fin último de la música es la expresividad y no el que suene calculada o cerebral.
Por otra parte existe cierta confusión entre algunos términos: dodecafonismo, atonalidad, serialismo, serialismo integral, etc…
Nuestros OBJETIVOS en este curso son los siguientes:
- Proporcionar una base para el conocimiento de este tipo de música y para sus posibilidades expresivas.
- Proporcionar una base para la iniciación en la composición práctica utilizando la atonalidad. En este nivel nos centraremos en la melodía, en el instrumento o voz sola, que de por sí es un recurso importantísimo en la atonalidad, y que nos servirá para progresar en el estudio de este lenguaje.
CONCEPTOS BÁSICOS Y RESEÑA HISTÓRICA
Aunque el desarrollo histórico completo, los movimientos artísticos paralelos y las circunstancias que llevaron al desarrollo de la música atonal superan las intenciones de este curso, podemos resumir lo siguiente:
- En el Romanticismo musical llegó un momento en el que los compositores intentaron buscar nuevos lenguajes, empezando a expandir el cromaticismo. Franz Liszt ya experimentó en algunas de sus obras tardías con la atonalidad (Nuages gris, Bagatela sin tonalidad) y la bitonalidad (marcha fúnebre para László Teleky, en la que la tonalidad permanece sin resolver entre Gm y Bm). Otro compositor que marcó un punto de inflexión en el hipercromaticismo fue Richard Wagner, particularmente con Tristán e Isolda, obra en la que la ambigüedad tonal es extrema debido a la consecución de apoyaturas, retardos, sensibles sin resolver, etc… Otros autores de principio del siglo XX experimentaron con estas técnicas, como Debussy, Mahler, Richard Strauss (Salomé, Elektra), Ravel, etc…
- Fue, sin embargo, Arnold Schönberg (1874-1951) quien realizó la revolución estética base de la música atonal. Influido por las corrientes románticas tardías, su música empieza a alejarse del sistema tonal a partir de 1908 (Cuarteto de cuerda nº 2). Schönberg buscaba alejarse de la jerarquía hasta entonces imperante en la música occidental basada en el sistema tonal mayor-menor. Lo que pretendía era lograr un lenguaje en el que todos los sonidos y las relaciones entre todos ellos (intervalos) tuvieran la misma importancia, independientemente de su función tonal. Este período compositivo es el que se denomina atonalidad libre; Schönberg siempre rechazó el término atonalidad, ya que los sonidos (tonos) tenían relaciones tonales unos con otros, pero de equivalente importancia, por lo que defendió el término «pantonal» o «politonal»; sin embargo, acabó imponiéndose la denominación de música atonal. La atonalidad libre llevó a Schönberg a un callejón sin salida que impedía la composición de obras más extensas y coherentes. Hasta que en 1921 desarrolló su «Método de composición con doce sonidos», conocido como dodecafonía.
- Este método, nacido como una respuesta personal a sus inquietudes creativas fue aplicado por algunos de sus discípulos, especialmente por Webern. Schönberg, Berg y Webern son los compositores denominados como «Segunda Escuela de Viena», en contraposición a los clásicos de la «Primera Escuela» (Mozart, Haydn…)
El método desarrollado por Schönberg tenía como base el uso de la serie dodecafónica, es decir, partiendo de una serie que incluye las 12 notas cromáticas (todas y sin repetirlas) y utilizando esa serie, así como variantes de la misma, las composiciones musicales se desarrollan de forma que deben sonar las 12 notas de la serie antes de volver a repetirse… Parece un recurso muy restrictivo, aunque existen muchas técnicas que proporcionan una amplitud creativa importante; pero esencialmente, este hecho tiene como fundamento el que ninguna nota predomine sobre ninguna otra, asegurando que no se establece un centro tonal y que todas las notas cromáticas tienen igual relevancia.
Schönberg y sus discípulos utilizaron este sistema compositivo en mayor o menor grado, pues en ocasiones recurrieron a la tonalidad, o al atonalismo libre. El siguiente punto de inflexión se encuentra tras la Segunda Guerra Mundial. Compositores como Stockhausen, Cage, Messiaen, Boulez extendieron el concepto de serie no sólo a las notas (tonos) sino a otros aspectos de la composición como la duración de las notas, las dinámicas, el registro, etc… Este método es lo que se denominó serialismo integral o serialismo total. Para hacernos una idea de lo que significa, el compositor idea diversas series:
- tonos: serie de las 12 notas
- duraciones: serie prefijada de duración de notas (ejemplo: corchea, negra con puntillo, semicorchea, blanca…)
- dinámicas: pp, mz, fff, p, ppp, mf…
- acentuaciones y articulaciones: staccatto, legato, etc…
- ritmos…
La composición en el serialismo integral se basa en el uso de todas esas series (no sólo la que se refiere a las notas) utilizando todos los elementos antes de volver a repetirlos, y en un orden determinado. La complejidad de estos sistemas condujo a la música computacional, en la que una vez ideadas las series e introducidas en un ordenador, éste contribuye a desarrollar la composición.
No es nuestro objetivo introducirnos en el serialismo integral, sino en el método de Schönberg y sus variantes.
Por tanto, como conceptos básicos, destacamos:
- Atonalismo libre: método compositivo en el que se pretende que no exista un centro tonal, en el que todas las notas tengan la misma importancia. La composición es relativamente libre, pero el conseguir que todas las notas de la escala cromática tengan la misma importancia con este método no es sencillo.
- Atonalismo serial: método compositivo que recurre a una serie prefijada de las 12 notas cromáticas para asegurar que no predomine ninguna sobre otra. El atonalismo es generalmente dodecafónico (series con las 12 notas) por lo que se «confunden» los terminos atonalismo y dodecafonismo, pero también puede utilizar un número menor o mayor de notas en la serie. Aunque este método parece muy restrictivo, realmente, no lo es… Simplemente hay que pensar en él como un lenguaje distinto a lo que estamos habituados.
- Serialismo integral: expansión de la serie no sólo a los tonos, sino a otros recursos composicionales.
CARACTERÍSTICAS DE LA MÚSICA ATONAL
Aunque por un lado iremos desarrollando las características de este tipo de música y, por otro, nunca se deben tomar «a rajatabla», queremos apuntar algunas que son básicas en la música atonal. Como lenguaje que «rompe» con la tradición tonal:
- Todos los tonos (notas) tienen la misma importancia, el sistema carece de un tono fundamental y de los lazos jerárquicos armónicos tradicionales. Para ello utilizaremos la serie, como una forma de asegurar esa importancia en todas las notas.
- Uso de intervalos melódicos amplios, en contraposición a la melodía tonal tradicional.
- Uso de ritmos irregulares, hasta el punto de que esta música se puede escribir sin compás.
- Uso de contrastes dinámicos y articulatorios: pianos seguidos de fortes, por ejemplo, incluso en notas contiguas.
- Aprovechamiento de técnicas expresivas de los instrumentos y la voz: formas de tocar los instrumentos «poco habituales».
- Preferencia por las agrupaciones camerísticas.
Sin embargo, es muy importante recordar que, ante todo, debe predominar la intencionalidad musical, por lo que las normas nunca serán estrictas, siempre y cuando lo que hagamos persiga una finalidad.
Conviene trasladar algunos pensamientos de Schönberg (Style and Idea): «…el método de composición dodecafónica nació de una necesidad… tras una fase de expansión de la tonalidad y de un uso impresionista de la armonía, lo siguiente sería la emancipación de la disonancia… la composición dodecafónica no persigue otra meta que la comprensibilidad, el valor artístico de una obra requiere comprensibilidad no sólo intelectual sino también emocional…»
Por último, siempre quedará la duda de si la creación de este sistema fue un proceso evolutivo o revolucionario, quizá ambas cosas.
Fuente: Komptools
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