Gymnopédies de Satie

Creo firmemente que todos los seres humanos padecemos, casi a diario, algunas sensaciones que, aun siendo comunes, son muy difíciles de describir.

Estos sentimientos tienen la curiosa capacidad de recoger en su seno dos actitudes completamente antagónicas.

Por un lado, parecen simples, casi rudimentarias, naturales… Por otro, nos deslumbran por la complejidad que viene implícita en ellos.

El arte, en muchas ocasiones, ha tratado de representar estas emociones.

Utilizo representar en el significado más estricto de la palabra, ya que no creo que una persona con la capacidad sensitiva necesaria para poder realizar una obra de arte sea capaz de definir estas sensaciones.

En sí mismo, el arte es un reflejo humano, y esto implica que será probablemente tan o más indeciso cuanto nosotros.

La pieza que hoy traemos será comentada más a modo de anécdota que de análisis propiamente dicho.

Las escogidas para hoy son las Gymnopédies de Erik Satie. Estas tres sencillas piezas guardan dentro de sí mucho más de lo que pudiéramos pensar en obtener a partir de un mero análisis musical.

Por esta razón, creo que vale mucho más la pena aludir a las sensaciones que pueden dejarnos. Nuevamente aparece este patrón que, antes decíamos, es tan común en la existencia humana. Son piezas con una superficie extremadamente sencilla, no es en vano que es uno de los principales exponentes del Minimalismo musical, pero poseen una carga emocional sin igual.

Me atrevo a decir que, en todos los años que llevo escuchando música, esta es una de las obras que más me transmiten.

Las tres se parecen bastante en estructura y estilo, siendo común el uso de progresiones armónicas. Este es el caso, por ejemplo, de los primeros compases de la Gymnopédie no. 1.

La pieza empieza con una secuencia de acordes con séptima que juegan entre la tónica y la subdominante, siendo una obra modal en Re. Al no utilizar la tradicional relación de dominante-tónica, Satie logra dotar a estas piezas de una sensación mágica, casi flotante. Pocos han conseguido tanto con tan poco.

Es interesante también echar un vistazo al significado de Gymnopedies. Gymno es una raíz griega equivalente a “ejercicio”, y pedia otra que significa “niño”. Por lo que entendemos que se trata de un ejercicio físico para niños. Esta era una práctica utilizada en Esparta para entrenar a sus jóvenes. No obstante, el carácter y la atmósfera que generan están muy lejos de ser gimnásticas, más bien evocan cierta melancolía o ternura. Podemos entender que ese es el sentimiento que tenía Satie por los niños o por la niñez como etapa vital.

10 de agosto de 2018.

David Edson Miglirioni Soterio

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