La asociación internacional de musicoterapia define esta actividad como:
“La musicoterapia es definida como la utilización de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, armonía y melodía) para promover y facilitar la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento y la expresión satisfaciendo las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas del niño o la niña”.
Este proceso debe ser guiado por un musicoterapeuta cualificado y preparado para tal. Se considera una de las terapias emergentes creativas, no verbales.
Formas de musicoterapia según el tipo de experiencia musical
La musicoterapia se puede realizar de 4 formas diferentes según el tipo de experiencia musical que se necesite puede ser:
1. Improvisación
El paciente crea su propia música cantando o tocando un instrumento que se le proporcione.
2. Recreación
Se canta una canción o se toca una pieza musical ya compuesta, de memoria o leyendo la música.
3. Composición
Se compone una canción o una pieza musical en base a las estructuras musicales conocidas.
4. Escucha
Escuchar música ya creada que esté grabada o en vivo (por ejemplo concierto).
Hay que diferenciar que un músicoterapeuta no es un profesor de música, es decir, un músicoterapeuta no es exclusivamente una persona con una amplia educación musical, si no que va mucho más allá. La musicoterapia no es educación musical, ya que la música no es el fin, si no que es un medio para producir cambios en el individuo.
La persona que se dedica a la terapia musical promueve cambios en sus pacientes y es capaz de registrarlos. En la mayoría de las ocasiones esta persona tendrá una formación musical y también en otras áreas de conocimiento como psicología, educación, pedagogía, medicina, etc.
Beneficios de la musicoterapia
Los efectos de la música en la evolución y vida del hombre son innegables desde tiempo ancestrales. La música ha sido un medio de expresión y comunicación no verbal en gran parte de la historia de la humanidad con efectos motivacionales y emocionales, es decir, el uso de la música como elemento para el cambio de la conducta humana no es algo nuevo.
La música produce efectos beneficiosos en el sistema sensorial, cognitivo y motor (de forma sedante o estimulante), estimula la creatividad, el pensamiento, el leguaje, el aprendizaje y la memoria. Es un estímulo agradable y placentero para el cerebro que ayuda también a la relajación, efecto conocido desde la estimulación incluso dentro del útero materno o etapa prenatal.
Los beneficios que la musicoterapia aporta son numerosos. Entre ellos se encuentran:
- A nivel cognitivo: aumento de la capacidad de aprendizaje, mejora de la orientación, aumento de la capacidad de atención y concentración y estimulación de la comunicación y el lenguaje;
- A nivel físico: mantenimiento de la movilidad de las articulaciones y fuerza de la musculatura, relajación y disminución de los niveles de ansiedad;
- A nivel socioemocional: aumento de las interacciones sociales, mejora de las habilidades sociales y la autoestima, previene el aislamiento.
Elección de la música acorde a los objetivos de la terapia
Se debe elegir la música correcta según los objetivos que se plantean en la terapia.
Para elegir una música u otra hay que tener en cuenta las diferentes partes que la componen. Entre estas partes se encuentran:
• El tiempo, los tiempos lentos transmiten calma y seguridad mientras que lo tiempo rápidos son más excitantes.
• El ritmo, al igual que ocurre con el tiempo pueden ser lentos y rápidos produciendo estos último mayor actividad motora.
• La armonía, que se produce cuando suenan varios sonidos a la vez que tienen que estar a conciencia elegidos según el efecto que se quiera producir.
• La tonalidad.
• La intensidad, es un aspecto muy importante a controlar ya que el volumen en el que ponemos la música debe ser un volumen adecuado para la persona.
• La instrumentalización, los instrumentos que se usen en la base musical también son importantes, por ejemplo los instrumentos de viento metal suelen tener un carácter alegre y divertido mientras que los de cuerda son muchos más expresivos y penetrantes.
La música tiene efectos beneficiosos en el desarrollo evolutivo de un niño o niña con o sin discapacidad desde la etapa prenatal hasta que llega a la adultez. Es una forma de expresión y puede ser una forma de comunicación y juego con la familia. Es creatividad, alegría, movimiento, imaginación y juego. Son experiencias y recuerdos.
Las sesiones de musicoterapia pueden ser individuales y grupales dependiendo de las necesidades de cada menor. También se puede trabajar con grupos de padres, madres y familias. Se pueden desarrollar en espacios especialmente habilitados para ello o en centros de intervención, asociaciones u hospitales.
Al igual que pasa con otras terapias alternativas se puede trabajar en numerosos problemas infantiles pero también en otros problemas o patologías de la adultez o vejez.
La música en algunos trastornos
La música está especialmente indicada en algunos trastornos. Entre estos trastornos se puede mencionar el autismo y el TDAH:
La música en el autismo
Las niñas y niños que presenta un trastorno del espectro autista (TEA) suelen presentar una conexión especial con la música y los sonidos.
Es una característica muy común de este trastorno el presentar un interés desmedido por una actividad o área de conocimiento y la música suele ser una de esas actividades, teniendo en ocasiones una memoria musical excepcional e incluso una gran capacidad de componer.
La música mejora en estos menores la comunicación con las familias, la expresión de sentimientos y el control de las crisis. Ayudan en situaciones en las que se sienten incómodos, como la espera en lugares públicos o cuando no pueden predecir lo que va a pasar.
En este caso no se habla sólo de musicoterapia como sesiones de intervención si no de música como elemento que forma parte de la vida diaria y que les sirve como medio para muchas de sus actividades cotidianas y en las relaciones sociales y con los iguales.
La música en el TDAH
Con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad pasa algo parecido que con los TEA, aunque no tiene las mismas características.
Para estos niños y niñas la música es más un relajante de su conducta que un medio de comunicación. Se utiliza como sistema de relajación en momentos de falta de control de impulsos.
Todos hemos experimentado los beneficios de la música sobre nuestro propio estado de ánimo, quién no ha puesto música antes de salir, o ha llorado escuchando una canción de amor… nos gustaría que nos transmitieras tu opinión sobre las aplicaciones de la música y sus beneficios en nuestras emociones.
Fuente: Divulgación Dinámica
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