Consejos importantes al grabar un proyecto musical

Si tienes un proyecto musical, ya sea en solitario o en ensemble, es necesario que tengas grabaciones para que se pueda escuchar tu trabajo. Estas grabaciones son fundamentales para dar a conocer la música que interpretas, tanto para el público en general, como para programadores de festivales.

La calidad de estas grabaciones no siempre depende de los recursos con los que se disponga. Tras años de experiencia trabajando en un estudio de grabación, he podido ver cómo músicos de alto nivel realizaban malas grabaciones, mientras que en otras ocasiones, aficionados y músicos con menos nivel técnico conseguían grabar sus maquetas con un resultado más que óptimo.

¿De qué depende? En este artículo os propongo algunos consejos para realizar una grabación musical profesional, aprovechando lo máximo posible los recursos materiales y el tiempo del que se disponga.

1. Selecciona con criterio qué vas a grabar.

Antes de abordar un proyecto de grabación es necesario tener claro para qué nos van a servir esas grabaciones: ¿para un videoclip? ¿para un concurso? ¿para mostrar nuestra música a un festival?

Si tomamos como caso grabar música para un festival, tendremos que pensar en qué músicas de nuestro repertorio identifican mejor el proyecto que queremos vender y cuáles tocamos mejor. Normalmente nos bastaría con tener dos o tres piezas grabadas, por lo que seleccionaremos cuatro de nuestro repertorio; así, siempre podremos elegir el mejor material y descartar las piezas que hayan quedado peor.

2. Estudia y ensaya las obras.

Tanto si vas a grabar en solitario, como si lo váis a hacer en conjunto, es fundamental estudiar muy bien las obras. Tienen que estar muy claros los arreglos, las partes de los temas, dónde entra cada uno, etc. Leer muy bien a primera vista no significa que se vaya a realizar una buena grabación (he grabado en ocasiones a solistas de orquestas sinfónicas y ponerse a temblar cuando les colocas los micrófonos).

Conocer bien las obras que se van a grabar te dará confianza en la sesión, ya que lo normal es tener un poco de nervios, (sobre todo si hemos alquilado un estudio y tenemos que ser eficaces). También se trata de tener respeto por el resto de compañeros del ensemble y hacer un buen trabajo entre todos. Que nadie diga que no te sabías tu parte.

3. Elige un lugar de grabación adecuado.

Más de una vez, un ensemble me ha contratado para una grabación, citándome en una iglesia. Aunque sea un lugar bonito para un concierto, no siempre es adecuado para una grabación: no se controlan los delays ni reverberaciones, se filtran ruidos urbanos (motocicletas, autobuses…), o el tiempo de grabación está limitado por el horario del sacristán, por ejemplo.

Yo prefiero grabar en entornos donde se pueda controlar casi 100% el sonido. En la actualidad disponemos de recursos digitales para imitar la sensación acústica de cualquier entorno: interior de un palacio, un castillo, una catedral… Por tanto, un estudio de grabación, un aula de una escuela de música o incluso un salón de una casa, pueden dar unos resultados más que satisfactorios. En la mezcla final podemos añadir efectos que nos hagan creer que se ha tocado la música dentro de un templo.

4. Grabar todos juntos o por separado?

Aunque seáis un ensemble y lógicamente tocáis juntos sobre el escenario, no significa que para una grabación tenga que hacerse necesariamente así. La técnica multipista es un recurso por el que cada instrumento se graba por separado, en diferentes sesiones. Permite rectificar y mejorar tomas de audio por separado que no nos gusten, por lo que cada músico podrá elegir qué parte de las sesiones realizadas le gusta más.

Otra ventaja es que podemos controlar mejor el sonido de cada instrumento en la grabación: si en el grupo hay un percusionista, es normal que su sonido “se cuele” por los micros del cantante, o de un instrumentista de cuerda, por ejemplo, si grabamos todos a la vez en una misma sala. Un recurso interesante es realizar un toma todos juntos, para tener una pista de referencia donde haya matices de tempo y la sensación de tocar en conjunto y luego, grabar cada uno su instrumento en pistas independientes, mezclando todo al final.

5. Haz caso al técnico

Tanto si vas a grabarte con un mp3 portátil como en un estudio, el técnico que maneje la grabación es posiblemente quién esté más cualificado para realizar con éxito el proceso. Aunque sepas mucho de Ars Nova, de Monteverdi o de Tomás Luis de Victoria, el técnico sabrá mucho también de frecuencias, hertzios, de qué micros usar y dónde colocarlos. No nos olvidemos que la grabación es un proceso tecnológico de nuestro tiempo. También es muy normal que el técnico de sonido sea también músico y que toque incluso mejor que nosotros. Sed prudentes con él y hacedles caso.

6. Sé profesional durante la grabación

Tu actitud durante una grabación es muy importante. Compórtate y mantente concentrado durante el trabajo que hay que realizar. Están muy bien las bromas y las risas, pero que no ocupen el tiempo fundamental del trabajo. He conocido a muchos músicos que ocultaban sus carencias a través de chistes y bromas innecesarias. Esto solo ralentiza el trabajo de una producción y va en detrimento del resultado final.

7. Afina los instrumentos

Aunque el tiempo apremie, es necesario parar muchas veces una grabación para comprobar que los instrumentos están perfectamente afinados. El problema de muchas grabaciones son esos desajustes de décimas entre algunos instrumentos que luego hay que solucionar añadiendo efectos de reverberación. Es una pena que una buena toma interpretativa esté desafinada con respecto a otro instrumento. Lo mismo con las voces: ¡el autotune es el último recurso!

8. Párate a escuchar lo que has grabado

Cuando estamos interpretando una pieza musical, muchas veces no somos realmente conscientes de cómo está sonando: ¿está bien el tempo? ¿está bien su intensidad? ¿está bien la ejecución? Cuando estemos en el estudio, es un buen ejercicio comenzar a grabar directamente desde las primeras tomas de sonido y ensayos. Estas muestras nos sirven para ver cómo estamos interpretando la música que queremos grabar y así corregir lo que consideremos oportuno cuando vayamos a grabar “en serio”.

9. Tómate un descanso

No hay que cansar ni al técnico ni a los compañeros. Es bueno tomarse descansos cada cierto tiempo. No olvidemos que trabajamos con nuestro propio cuerpo: las manos se cansan, los oídos se cansan, y la concentración puede disminuir. Después de intentar grabar algo que no nos sale es bueno parar e intentarlo después de un descanso. Suelen salir muy buenas tomas después de un buen reposo.

10. Respeta a tus compañeros de grabación

Más de una vez, en el estudio de grabación donde trabajaba, he visto salir llorando a algún músico porque el director de la grabación era demasiado exigente y no tenía paciencia. Esto no puede ocurrir. Trabajamos con personas y cada uno tiene su mundo interior y su forma de ser. Hay gente que resuelve y otras personas que necesitan más tiempo para sacar lo mejor de sí en un estudio de grabación. Hay que ser comprensivos y empáticos. No nos creamos los mejores, ni mejores que los demás y ayudemos a nuestros compañeros en todo momento. El éxito de una buena grabación consiste en que todas las personas implicadas se sientan agusto con el trabajo que están realizando y con su aportación al producto final.

 

Fuente: Emilio Villalba

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