Hay una gran variedad de actividades formativas que los pequeños pueden practicar al margen del colegio para mejorar su desarrollo, su aprendizaje y su educación. Nos centramos en la música, y en uno de sus beneficios, ya que no se trata sólo de aprender un instrumento. Las clases de música y la disciplina que implican, mejora las capacidades de los niños en muchos aspectos.
LA IMPORTANCIA DE LA DISCIPLINA
Aprender a tocar un instrumento requiere una disciplina muy importante y beneficiosa para la educación de los menores. Los niños tienen que seguir las instrucciones del profesor de música durante las clases, pero al mismo tiempo tienen que esforzarse por tener un ritmo de trabajo, practicar de manera regular y conseguir unos objetivos marcados por el profesor.
Todo ello unido a su propio disfrute de las clases y de la música, por lo que adquirir esa disciplina necesaria será más fácil para ellos que con cualquier otro método.
En nuestro método de enseñanza utilizamos unas agendas escolares donde nuestros profesores apuntan la evolución del alumno, y las tareas y ejercicios que tienen que practicar durante la semana. Con estas actividades los niños se llevan una buena lección de lo que es la disciplina.
La disciplina es un valor añadido a las clases que les enseñará a desarrollar sus habilidades sociales y mejorar su comportamiento:
- Organizar su tiempo
- Solucionar de manera práctica los retos que se les puedan plantear en la vida
- Aceptar las críticas puesto que el aprendizaje no es fácil
- Incrementar la paciencia
Aprender un instrumento requiere tiempo y esfuerzo, por lo que las clases de música serán un gran ejemplo para los niños y aprenderán por experiencia que es necesario trabajar para conseguir el éxito.
De esta manera las clases de música y la disciplina van de la mano a la hora de enseñar a los niños y niñas la pasión por la música, y los valores que conlleva.
Fuente: Royal School of Music
