La mejor edad para empezar a estudiar música

Si te encanta la música y te gustaría que tus hijos pequeños recibieran formación en esta rama del arte, tal vez te hayas preguntado cuál es la mejor edad para inscribirlos en una academia de música.

Según Gaudy Núñez, directora de la academia Musical House, un niño debería ser introducido en este arte a más tardar a los tres años, pero no mediante lecciones formales, sino con estimulación musical, un tipo de programa que busca desarrollar en los pequeños habilidades musicales y de otra índole.

Por su parte, Farida Peña Diná, directora de Estudio Diná de Educación Musical, dice que la estimulación musical (que incluye bailes, cantos, juegos e instrumentos de percusión como xilófonos) puede comenzar desde el nacimiento. En esta etapa, la música ayuda a promover diferentes áreas del desarrollo, entre ellas la psicomotricidad, el lenguaje, la parte cognitiva, la memoria, la atención y el equilibrio.

“Son cosas que le van a servir al niño para toda su vida”, afirma Peña Diná.

Mientras que este tipo de programas permite al niño desarrollar su inteligencia musical de manera divertida, las clases formales exigen concentración y disciplina. ¿Cuándo, entonces, debe comenzar el chiquillo a tocar un instrumento? Las educadoras responden.

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A los seis años de edad la mayoría de los niños tiene las condiciones necesarias para comenzar a tocar un instrumento musical. En esto coinciden la maestras de música Farida Peña Diná y Gaudy Núñez.

“A menos que el niño tenga un impedimento físico, puede tocar cualquier instrumento”, dice Peña Diná.

Núñez, quien tiene 17 años de experiencia como maestra de música, aclara que la excepción la constituyen los instrumentos de viento o metales, que la mayoría de los menores no puede comenzar a tocar sino hasta la adolescencia.

Peña Diná no niega que un niño pueda comenzar a tocar un instrumento antes de los seis años, pero advierte que esto podría tener un efecto negativo.

“Tú lo puedes poner a los tres años, pero a esa edad las capacidades del niño son menores”, comenta.

Resultado: estará tocando las mismas piezas, se aburrirá o pensará que el instrumento es muy difícil.

“Pero… ¿y si tengo un niño prodigio como Mozart?”, se pueden preguntar los padres. Peña Diná responde sin vacilar: “En 250 años ha habido un solo Mozart”.

“Todos los niños tienen talento musical, pero si tú quieres forzarlo a que sea un Mozart, es posible que deje el instrumento”, explica. “Tienes que dejarlo que se vaya desarrollando”.

Núñez destaca de nuevo la importancia de la estimulación temprana. En este contexto el profesor de música puede determinar si un chiquillo tiene la capacidad para estudiar un instrumento antes de la edad recomendada. Y los chicos exploran distintos instrumentos hasta encontrar el que más les gusta.

“Es preferible que el alumno tenga la capacidad de decidir qué instrumento quiere tocar -expresa-. Si se empieza demasiado temprano prácticamente se le está imponiendo el instrumento”.

Permitir que el pequeño elija un instrumento que realmente le apasione promoverá su aprendizaje porque, para poder dominarlo, tendrá que practicar cada día.

Esa es otra de las razones por las que se recomienda esperar hasta los seis años: antes de esa edad, el niño no tiene el nivel de concentración ni la disciplina necesaria.

¿Significa esto que los niños que comienzan a estudiar música pasados los seis años no alcanzarán un buen nivel? No necesariamente. Las expertas en educación musical señalan que, mientras más temprano se envuelve al niño en una actividad, mayor será su desarrollo; sin embargo, el cerebro humano nunca deja de aprender.

Canto

“El instrumento más básico es la voz”, dice Núñez.

Por eso, en las clases de estimulación se trabaja mucho con canciones. Y es que el canto ayuda a desarrollar el habla, la respiración y el oído, además de habilidades sociales.

Cuando se trata de entrenamiento vocal para musicales o canto lírico, Peña Diná recomienda trabajar en niños cuya voz ya se haya desarrollado.

“Si sometes al niño a un entrenamiento riguroso y la voz está en esa época en que a los varones les salen gallos, puedes lastimar la voz”.

Piano

Existe la creencia popular de que para tocar piano se necesita tener dedos largos, una idea que excluiría a los niñitos del placer de sacar notas a este instrumento.

Si bien es cierto que los dedos deben tener buena motricidad y cierto tamaño para comprender las teclas, el niño comienza a explorar el instrumento con un dedito y a tocar dos o tres notas que pueda abarcar con sus manitas.

“La mano del pianista -dice Peña Diná- se va haciendo con el trabajo”.

Percusión

La clase de estimulación temprana se basa mucho en el uso de instrumentos de percusión, tanto rítmica como melódica.

Maracas, triángulos, tambores y xilófonos acompañan al niño siendo apenas un bebé.

Cuando empiezan a estudiar batería, uno de los instrumentos de percusión más populares, el niño comenzará tocando rebotadores (para aprender a seguir el ritmo) y no el instrumento en sí.

Instrumentos de cuerda

¿A tu chiquito le gusta el violín o la guitarra, pero te preocupa que no sea capaz si quiera de sostener bien el instrumento? Existen instrumentos profesionales en dimensiones adecuadas para los pequeños.

El violín y el violonchelo dependen mucho de la extensión del brazo y por eso, según Peña Diná, existen instrumentos en diferentes tamaños dependiendo del crecimiento experimentado por el menor.

Instrumentos de viento

Los instrumentos de viento demandan una buena capacidad pulmonar. Por esa razón, no se recomienda tocarlos antes de los diez años de edad. El menor podría marearse y pensar que el instrumento es demasiado fuerte para él.

Claro que puede haber excepciones. Un niño que desde temprano haya tomado clases de natación y desarrollado bien sus pulmones, por citar un caso, podría hacerlo.

El instrumento de viento recomendado para niños, según Núñez, es la flauta dulce: no requiere soplo fuerte, ayuda a desarrollar los pulmones y la agilidad de los dedos, así como la coordinación.

Ventajas de la música

La estimulación musical ofrece a los niños una ventaja de cara a las lecciones formales de un instrumento.

“Los niños que reciben estimulación ‘vuelan’ cuando llegan al instrumento”, asegura Peña Diná.

Iniciados ya en clases formales, la música desarrolla la disciplina y la memoria y permite a los niños ser expuestos desde una tierna edad a ritmos de alta calidad y de diferentes culturas.

Fuente: Listin Diario

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