Música que te ayudará a aumentar la productividad

La búsqueda de la productividad es compleja y no existen fórmulas mágicas que nos ayuden a dar una solución para todo el mundo. Cada persona es diferente y enfoca su trabajo a su manera. Lo que sí es cierto es que hay elementos que pueden aplicarse en casi cualquier caso y está comprobado que, por ejemplo, la música puede ayudar a mejorar la productividad, tal y como afirman numerosos estudios.

La música ayuda a realizar mejor las tareas repetitivas

Los beneficios de la música para nuestra productividad son inversamente proporcionales a la inmersión que necesitamos para cada tarea. Por ejemplo, escribir un ensayo o un artículo con decenas de referencias y gran profundidad necesita mucha creatividad y concentración, pero revisar y contestar el correo del día no tanta.

Las tareas repetitivas por naturaleza aceptan muy bien la música y podemos llegar a ser más productivos gracias a ella. Sin duda, necesitamos seleccionarla bien —abordaremos este tema más adelante—.

Además, si trabajamos en un ambiente de oficina ruidoso,  la música de fondo ayuda a mantenernos aislados, sin distracciones importantes y, por lo tanto, nos permite mejorar la concentración. A eso podemos sumar la posibilidad de mejorar nuestro estado de ánimo a través de la lista de canciones que seleccionemos.

En el otro lado de la balanza, hay que decir que la música interfiere con el aprendizaje, por lo que no es recomendable estudiar o afrontar un nuevo aprendizaje con los auriculares puestos.

Reglas para crear la lista de música apropiada para ti

Prueba con los sonidos de la naturaleza. Suelen ser sonidos relajantes, en cierta medida aleatorios, y eso nos ayuda a mejorar la concentración sin llegar a ser una distracción. Los sonidos relacionados con el agua parecen ser los más efectivos. Tienes un ejemplo de este tipo de listas de sonidos de la naturaleza aquí.

Si necesitas energía y motivación, recurre a los clásicos. Por clásicos no nos referimos solo a Brahms o Beethoven, sino también a Queen, o grupos de rock clásico que suelen triunfar por su capacidad motivacional. En resumen, elige canciones con energía si la necesitas, como nos indica este estudio.

Escucha tu música favorita. Parece una obviedad, pero la diferencia entre escuchar música y escuchar tu música favorita es enorme en cuanto a productividad se refiere.

Elige el tempo adecuado para la actividad que desempeñas. No es lo mismo necesitar motivación para correr rápidamente, o para levantar peso en el gimnasio, que afrontar la lectura de documentación, o cualquier tarea cognitiva. Por ejemplo, la música que puede ayudarnos a reducir el estrés debería tener unos 60 beats por minuto, algo más lento que nuestro pulso en reposo; si necesitas sentir algo más de energía, lo mejor es elegir algo con un tempo mayor.

Selecciona un volumen confortable. Cada persona es diferente, pero es necesario encontrar el equilibrio en cuanto a volumen para asegurarnos de que la música nos beneficia, y no nos distrae. Todo lo que pase de 85 dB (casi el ruido que genera un vaso batidor) es demasiado alto. Por otra parte, ha de tener el volumen suficiente como para aislarnos en cierta medida del sonido ambiente.

Fuente: Blog Mapfre

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