Practicar más no equivale a más resultados

La conocida y poco criticada «regla de las 10.000 horas» ha sido refutada. Esta ley de oro ha imperado en la escena musical desde que se publicara un estudio de la American Psychological Association, en 1993, que concluía de esta forma: solo llegarían al virtuosismo aquellos músicos que, a sus veinte años de edad, hubieran ensayado durante 10.000 horas. Además, defendían las habilidades naturales del intérprete, junto al costoso esfuerzo de acumular más y más tiempo de trabajo.

Ahora, la Royal Society Open Science ha publicado un trabajo en el que se revisan estas tesis iniciales de Ericsson, Krampe y Tesch-Römer, autores de la investigación de 1993. Y las conclusiones a las que llegaron son totalmente diferentes, a pesar de que se utilizó el mismo método. En primer lugar, los investigadores, Brooke N. Macnamara y Megha Maitra, seleccionaron a un grupo de trece violinistas y los clasificaron en «mejores», «buenos» y «menos logrados», en cuanto a hábitos de estudio.

Como pudieron observar, la gran diferencia estaba entre los «menos logrados» y los «buenos». Los primeros contaban con 6.000 horas de estudio a los veinte años, mientras que entre los «buenos» y los «mejores» no había un gran abismo, ya que la media era de 11.000 horas a la misma edad.

«Los factores dependen de la habilidad que se haya aprendido: en ajedrez podría ser la inteligencia o la memoria de trabajo, mientras que en el deporte podría ser la eficiencia con que una persona utiliza el oxígeno», aseguraba Macnamara. «Para complicar las cosas, un factor puede llevar a otro. Por ejemplo, un niño que se divierta tocando el violín puede ser feliz practicando y centrarse en esa tarea porque no la ve como estar en un coro».

Uno de los autores del estudio de 1993, Ralf Krampe, psicólogo de la Universidad de Leuven, no se mostró sorprendido por los resultados de Macnamara. «¿Creo que la práctica lo es todo y que solo el número de horas determina el nivel alcanzado? Evidentemente, no», dijo. «Aun así, considero que la práctica es, de lejos, el factor más importante a tener en cuenta», sentenció.

Macnamara, sin embargo, apeló a lo contrario, defendiendo la relatividad de los hábitos de estudio. «Practicar te hace mejorar día a día, en muchas ocasiones. Pero puede que no te haga mejor que tu vecino. O que el niño con el que vas a clases de violín», concluyó.

Fuente: ABC

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