Introducción
En este presente trabajo de investigación se abordará primeramente los orígenes de la música, seguidamente se centrará principalmente en la música como medio de expresión o transmisión de sentimientos siendo la música la base fundamental para canalizar ideas ya que la música es una de las expresiones más fabulosas del ser humano ya que logra transmitir de manera inmediata diferentes sensaciones que otras formas de arte quizás no pueden.
La música es un complejo sistema de sonidos, melodías y ritmos que el hombre ha ido descubriendo y elaborando para obtener una infinidad de posibilidades diferentes. Se estima que la música cuenta con gran importancia para el ser humano ya que le permite expresar miedos, alegrías, sentimientos muy profundos de diverso tipo. La música permite canalizar esos sentimientos y hacer que la persona alivie sus penas o haga crecer su alegría dependiendo del caso.
Historia de la música
Hace alrededor de 51 mil años o más nuestros antepasados inventaron la música, tribus nómadas descubren los encantos de la vida sedentaria. Se afincan en valles fértiles o fundan pueblos y luego ciudades. Los pobladores de algunos valles como el Tigris y Éufrates, Nilo, Río Amarillo… fueron los primeros en muchas cosas: metales, carros de ruedas, escrituras, aritmética y música.
Orígenes
Al comenzar una historia de la música conviene tener presente con exactitud de qué nos vamos a ocupar. Arte cicládico Una primera vía de acceso a este universo fascinante proviene de todo lo que nosotros pensamos y decimos. Al escuchar a nuestro compositor preferido resulta fácil expresar juicios acerca de sus obras y apreciar la creatividad y la originalidad de una determinada composición respecto a otra. La música es, ante todo, un arte. Es un arte para el que los compositores no recurren a colores o palabras, sino a sonidos. En resumidas cuentas, la música es el arte de los sonidos.
Rodeado por los sonidos de la naturaleza, el hombre ha intentado, quizá desde sus orígenes, reproducirlos y relacionarse de algún modo con lo creado. Utilizando los materiales que le eran más accesibles, ideó instrumentos que le permitieran imitar el canto de los pájaros, el estruendo del trueno o el latido de su propio corazón. Pero hay más: la naturaleza y todos sus fenómenos eran misteriosos y divinos para el hombre primitivo. Los cantos y las danzas se convirtieron en formas de plegaria dirigidas a sus divinidades.
La música nace como expresión del hombre enraizado en su tiempo, en la mentalidad y los problemas del período histórico en que vive. Por esta razón, cada época y cada lugar tienen diferentes músicas y distintos gustos musicales. Un ejemplo son las bandas sonoras de películas pertenecientes a países muy alejados del que vivimos: hay en ellas melodías, timbres e instrumentos muy distintos a los que estamos habituados. Por este motivo, nuestro recorrido histórico no se limitará a las expresiones musicales del mundo occidental, dado que el estudio y el análisis de las creaciones musicales pertenecientes a otras culturas requieren una sensibilidad que les es extraña a los occidentales y sin la cual no es posible apreciarlas ni comprenderlas.
La música en las civilizaciones antiguas
No se sabe cuándo nació la música ni se dispone de una verdadera notación escrita de la misma.
Las culturas del pasado establecieron la manera de transcribir gráficamente los sonidos mucho después de la invención de la escritura y algunas culturas no conservan ningún testimonio escrito de su música. Es más, con frecuencia los documentos se han perdido por completo y el conocimiento de los instrumentos empleados, así como la comprensión de su uso, sólo puede deducirse de los textos escritos y de las imágenes pintadas en los vasos. De cualquier manera, estas informaciones nunca podrán devolvernos las melodías entonadas.
En la Antigüedad se creía que la música tenía orígenes divinos. El único dato cierto es que nació con la danza y que ambas formas expresivas estaban estrechamente vinculadas a una dimensión social y ritual. En las civilizaciones antiguas, el hombre formulaba sus propias plegarias a las divinidades utilizando el canto y la música, acompañándolos a menudo con movimientos corporales rítmicos. Tuvieron que transcurrir muchos siglos para que la música se desarrollara como expresión independiente del marco religioso.
La música y nuestro cerebro
El Doctor Daniel Levitin, neuro científico especializado en la música, plantea en su libro “Este es tu cerebro en la música” que esta disciplina afecta muchas partes del órgano vital, de manera muy profunda. Escuchar una canción alegre, por ejemplo, puede ayudar a levantar nuestro ánimo, mientras que una triste tendrá el efecto contrario. Nuestro cerebro interpreta la música en tres áreas distintas:
1. El ritmo es interpretado por la corteza frontal izquierda, la corteza parietal izquierda y el cerebelo derecho.
2. El tono se procesa en la corteza pre frontal, el cerebelo y lóbulo temporal.
3. Por último, letra es descifrada por el área de Wemicke, el área de Broca, la corteza motora, la corteza visual y las zonas correspondientes a las respuestas emocionales.
4. En pocas palabras, la música estimula casi todo nuestro cerebro e influye en el desarrollo de la inteligencia.
Efectos positivos para la salud.
A largo plazo, la música juega un papel muy importante en nuestro bienestar, de la siguiente manera:
1. Los niños que escuchan música desde muy pequeños, tienen mejores habilidades verbales, se vuelven más creativos y viven más felices.
2. Oír nuestras canciones preferidas ayuda a disminuir la ansiedad y contra restar el estrés con todos sus efectos negativos.
3. Es un excelente apoyo para el alivio del dolor.
4. Ayuda a acelerar el proceso de recuperación de los enfermos.
5. Nos convierte en personas más positivas.
6. Expertos afirman que quienes tienen algún tipo de educación musical, tienen mejor desempeño escolar.
7. La música es un lenguaje universal
El psicoterapeuta Paul Ekman sugiere que todos los seres humanos compartimos 6 emociones básicas que son la felicidad, la tristeza, la ira, la sorpresa, el asco y el miedo. Podemos tener educación y lenguas distintas, pero estas emociones nos hacen humanos y la música nos da la oportunidad de expresarlas. La música nos ayuda a decir las cosas que no podemos transmitir con palabras. Si sentimos alegría, necesitamos música, si sentimos tristeza también.
¿Por qué es importante aprender música?
¡Para comunicarnos! Entre más aprendamos, mejor podremos expresarnos y mayor será nuestro entendimiento sobre lo que significa ser humanos.
La música debe aprenderse desde la más tierna infancia, pues el cerebro de los niños está en desarrollo y es el momento perfecto para fomentar hábitos positivos. Entre más variedad de música escuchen y aprendan, más versatilidad de géneros les gustarán, al llegar a la edad adulta.
Finalmente, hay un elemento social en la música. Disfrutamos de ella por la misma razón que nos gusta comer, correr y saltar. Tratarla como una frivolidad nos lleva a ser infelices. La música se mete bajo la piel, crea sentimientos intensos y recuerdos fuertes. No hay nada más básico que ella y al mismo tiempo no hay nada más complejo ni hermoso.
Música y sentimientos
La música va fuertemente ligada a los estados de salud, de ánimo, los sentimientos y los recuerdos. Puede ser tanto un medio para expresar como para despertar emociones. Cada canción, ritmo, tono, timbre… provoca reacciones humanas mentales, que pueden ser sentimientos, emociones y/o estados de ánimo.
La Psicología Musical es una rama de la psicología que estudia la relación entre la cultura y realidad social del individuo y la música. Según esta ciencia, la música estimula los centros cerebrales que mueven las emociones, y que este arte y ciencia ayuda al desarrollo emocional y psíquico de la persona.
Hay un tipo de música para cada emoción, y miles de ejemplos para identificarlos:
1) Miedo. Todos sabemos cómo suena las bandas sonoras de las películas de terror ¿verdad?. Nos presentan un miedo muy psicológico, nada real, y qué mejor ejemplo que la banda sonora de la película Tiburón.
2) Ira. Los sonidos de la ira nosotros nos lo imaginamos como acordes irregulares, estridentes y casi por preferencia de instrumentos de cuerda frotada (violines, violas, violonchelo…).
3) Alegría. Según nuestra percepción, una música alegre es toda aquella que tenga ritmo vivaz, que te den ganas de bailar o saltar y mover el esqueleto, y en general suele tener un mensaje positivo en su letra. Un perfecto ejemplo es Wonderwall del grupo Oasis.
4) Tristeza. Escuchar temas que nos hagan sentir tristes no significa que somos masocas, hay momentos en la vida en los que necesitamos o escuchar música que acompañe nuestro estado de ánimo, hasta que consigamos superar el duelo. Los acordes lentos de piano suelen considerarse como tristes usando las teclas graves, y también los violines con los tonos lastimeros de sus agudos, siempre y cuando sean acordes largos.
5) Ansiedad. Se suele identificar con sonidos estridentes y hasta desagradables. Uno de los ejemplos que consideramos perfecto es la banda sonora de la película “Psicosis”.
6) Amor. A lo largo de la historia han habido millones de tipos de música que intentan transmitir ese sentimiento de enamoramiento. Desde los antiguos romances medievales, cuyo tema principal era el amor, teniendo de protagonistas el cortejo de la dama; hasta las baladas de pop modernas. Una de las canciones que nosotros consideramos un éxito romántico es “Every Breathe You Take” del grupo The Police.
La relación de la música con nuestros sentimientos
La música tiene incidencia sobre nuestros procesos mentales, sensaciones y percepciones (es decir, sobre nuestra psicología) se ha hecho evidente a través de estudios científicos diversos a lo largo de los años. La música ejerce una importante fuerza emocional sobre las personas, sobre nuestro comportamiento en cualquier etapa de la vida.
La psicología de la música comienza su andadura allá por principios del siglo XX. Por un lado, los estudios tratan de demostrar que la música contribuye al equilibrio entre los dos hemisferios del cerebro, ya que la actividad sensorial que se deriva de la transmisión de ondas desde el oído hasta el cerebro, pasando por el sistema nervioso central, se localiza en las zonas que regulan nuestras emociones. Eso desde un punto de vista psicofisiológico.
La música está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos. Desde que somos muy pequeños, estamos expuestos a la voz de las personas de nuestro entorno, que nos llega en forma de una melodía muy particular, especialmente la de los padres. La música está muy relacionada con la inteligencia emocional, por lo que escucharla de la forma adecuada permite desarrollar y controlar ciertas habilidades como la empatía, es decir, la capacidad de ponerte en el lugar de otra persona, de compartir sus sentimientos.
Dada la importancia de esto último, los expertos recomiendan la educación musical, siendo el canto un medio de expresión muy completo.
Sentimientos musicales del compositor
Hasta ahora nos hemos centrado en los sentimientos que provoca la música en quien la escucha, pero habría que detenerse también a pensar en quienes la componen. Muchos músicos en la actualidad se quejan de la falta de sentimiento a la hora de componer, en beneficio de canciones que son productos comerciales.
Así, es habitual que los productores musicales, que trabajan para una discográfica, escogen una armonía, una melodía y un ritmo determinado que se sabe que va a funcionar, en parte porque sigue la tendencia del momento. Después, esa canción se pone en boca de un intérprete que, además de voz, tenga presencia en el escenario y mucho carisma, lo que garantizará que la canción tenga éxito y que se haga caja.
Se apela a la necesidad de componer canciones desde el corazón, no desde el deseo de ganar dinero. De que el nacimiento de una canción vaya acompañado de un proceso de pensar en profundidad una temática, para que pueda inspirarse en alguna etapa o episodio de su vida significativo. El proceso continúa con la escritura de una letra profunda con una melodía que llevará asociados unos sentimientos concretos, como el amor, como la tristeza, eligiendo adecuadamente las notas. Los buenos compositores, más que buscar la canción perfecta, buscan aquella que sea significativa para ellos. Al final, quedan contentos con su trabajo, y eso es lo más importante.
Canciones que transmiten sentimientos
Desde las ópticas de la psicofisiología y de la psicobiología, por lo tanto, queda demostrado que la música guarda una estrecha relación con nuestras emociones. De ello se puede deducir que todas las creaciones musicales, de un modo u otro, nos transmiten ciertas sensaciones, ciertos sentimientos.
La profesora Elizabeth Margulis es la autora de un ensayo titulado “On repeat: how music plays in the mind”, del que se han hecho eco medios de comunicación como la revista GQ. Según apuntaba, una gran parte de la música que escuchamos ya la conocíamos, es decir, son canciones que ya habíamos oído que, por un motivo u otro, se convierten en nuestras favoritas. Y ella trató de desgranar ese porqué.
En primer lugar, tiene que tratarse de algo repetitivo, y esto hace referencia no solo al número de veces que escuchamos una canción, sino también a que ésta tiene una estructura reiterativa, con unos pocos elementos que se repiten una y otra vez. Si te has preguntado alguna vez por qué las canciones tienen estribillos y repiten palabras, aquí está la respuesta. No todas las canciones reiterativas o que se escuchan mucho, sin embargo, tienen los mismos efectos en todas las personas. Entran en juego otros elementos como los recuerdos que se tengan asociados a ella o el tema mismo que se trate en la canción.
Así, en cuanto a canciones que transmiten sentimientos, cada cual tiene la suya. Y ahora ya sabemos por qué.
Conclusión
La música, para algunas personas, es un arte que expresa una gran variedad de sentimientos, para otras es un modo de relajarse o simplemente la esencia de la vida que le da sentido a todo y que tiene como objetivo dejar un mensaje. La música puede influir de diversas formas en las personas dependiendo del ambiente, las costumbres o hábitos que tenga y en cierta forma su comportamiento, actitud y personalidad a la hora de escuchar los diversos tipos de géneros musicales.
Hoy en día existen diferentes estilos de música, la salsa, el merengue, el rock y sus derivados, el jazz, el tango, en fin hay muchos tipos y géneros que uno ni se imagina y que éstos a su vez logran que las personas asuman posiciones o cambien su forma de pensar o de actuar. Muchos de estos géneros musicales expresan sentimientos, emociones que el ser humano relaciona con su vida, porque se siente identificado con la letra, porque le gusta, porque está pasando por esa situación (la que se vive en la canción) y es allí donde la música hace parte o se convierte en una forma de expresar nuestros propios sentimientos hacia las demás personas, sea los padres, los hermanos, los amigos, los abuelos, etc. Por medio de las canciones podemos expresar momentos de alegría, tristeza, desamor, amistad, respeto (himnos), y demás sentimientos que a lo largo de la vida puedan surgir.
Fuente: La Música como Medio
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