La práctica de la lectura a primera vista o repentización debe formar parte de la rutina de estudio diaria de cualquier músico. Aunque tradicionalmente ha sido una habilidad exigida casi exclusivamente a los músicos clásicos (acceso a conservatorio, oposiciones, orquestas…), hoy en día supone una cualidad indispensable también para los profesionales de la música moderna (orquestas, musicales, acompañamiento de artistas…).
Sea cual sea tu caso, es recomendable que dediques entre 10 y 20 minutos todos los días a mejorarla. Como cualquier habilidad, se desarrolla con la práctica.
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Escoge material adecuado
- Comienza con piezas muy sencillas que te permitan adquirir confianza. Puedes empezar incluso con algún método de lenguaje musical para «calentar motores» y repasar especialmente la lectura rítmica.
- De forma lógica y progresiva incrementa el grado de dificultad de las partituras, con estilos, ritmos, claves y registros variados.
- Puede resultar interesante leer material que no esté pensado para tu instrumento.
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Escanea la partitura
Antes de comenzar a tocar, es importante hacerse una pequeña idea de la pieza o fragmento a interpretar. Observa los siguientes aspectos:
- Título y autor. Aunque no siempre es posible, saber el título y el compositor nos ayuda a conocer el periodo histórico de la obra y anticiparnos al estilo y carácter que requiere.
- Localiza los signos de repetición, saltos, situación de la Coda o presencia de compases de espera. Todo ello nos sirve además para tener una idea general de la forma de la pieza.
- Tonalidad y alteraciones accidentales que sugieran la presencia de una modulación. Es interesante tocar la escala de la tonalidad principal para que no nos sorprenda después ninguna nota y teniendo en cuenta el ámbito
- Compás y tempo. ¿Hay cambios a lo largo de la partitura?
- Indicaciones frecuentes de ritmo y expresión. Identifica algún pasaje rítmicamente más complejo.
- Dinámicas.
- Localiza rápidamente los pasajes que presentan mayores dificultades técnicas y, si es necesario y te da tiempo, digítalos.
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Mantén la concentración
A la pregunta «¿qué cualidades me caracterizan como participante del concurso de Juventudes Musicales?» que se planteó hace años a los 62 participantes de este concurso en Alemania, el 70% mencionaban la concentración. Y es que la capacidad de estar plenamente consciente en el momento presente es vital para cualquier músico.
La lectura a primera vista requiere una gran cantidad de procesos mentales que se producen simultáneamente. Es imprescindible, por tanto, estar relajado y completamente concentrado en la partitura para una lectura eficaz. Respira profundamente, relájate y recuerda que el nerviosismo es el responsable de la mayor parte de los errores que se cometen en la lectura a primera vista.
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Sintetiza lectura y pensamiento
¿Cuántos puntos hay en total en los dos dados? ¿Y cuántas palillos hay?
Como habrás podido comprobar, con una sola mirada eres capaz de ver los puntos totales de los dados, pero te costará más contar el número de palillos que hay. De la misma manera, podemos leer en música de dos formas distintas:
- Juntando las notas en unidades con un cierto sentido (ejemplo de los dados). En lugar de ver por ejemplo las notas de un acorde por separado, percibirlos como una unidad. También podemos reconocer arpegios, movimientos escalísticos o movimientos melódicos y armónicos.
- Leyendo las notas por separado (ejemplo de los palillos).
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Lee siempre por delante de lo que tocas
Uno de los principales factores que contribuyen a los errores en la lectura a primera vista es el simple hecho de que algunas notas nos cogen por sorpresa. Como nuestros ojos observan únicamente lo que viene inmediatamente después, nuestro cerebro no puede procesar la información con la suficiente rapidez. ¿Cómo podemos evitar esta situación?
El proceso es parecido a cuando leemos un texto. Nuestros ojos no se detienen en cada una de la palabras y, de la misma manera, no habría que hacerlo con las notas. Debemos ampliar nuestro campo visual y ser capaces de procesar la información siguiente. La vista siempre debe adelantarse uno o varios compases a lo que tocamos.
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No te detengas y olvídate de los errores
A veces pensamos equivocadamente que lo más importante cuando repentizamos es tocar el 100% de las notas. Sin embargo, en mi opinión, es aún más relevante no pararse y mantener el ritmo. Por eso, aunque cometas alguna nota falsa, sigue adelante y olvídate del error.
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Expresa la música y relájate
Recuerda siempre que estás haciendo música. Otorga a cada nota la expresividad que requiere, atendiendo a todos y cada uno de los signos de expresión que aparezcan. Relaja la tensión física y emocional que te pueda producir y mantén una actitud positiva.
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Fuente: Social Musik