La función del productor musical

La producción musical es el proceso por el cual se genera un producto sonoro a través de la conceptualización creativa de la obra, su composición musical y su fijación (física y/o digital) a través de sistemas de grabación, mezcla y masterización.

Por obra nos podemos referir a cualquier cosa que tenga como principio una idea musical.

Puede ser una sóla canción o un grupo de canciones, un jingle para fines promocionales, una cortinilla para algún programa de radio o televisión, o un audio branding para un producto,  servicio, o marca en particular.

En el proceso de producción musical participan diferentes profesionales para poder ejecutar cada uno de los pasos para la mejor elaboración del producto final.

Sin embargo, el agente más importante en este proceso es el Productor Musical.

¿Qué hace un Productor Musical?

Un productor musical es aquél profesional capaz de aterrizar la idea creativa detrás del concepto musical de la obra y proponer la mejor estructura y su óptima ejecución con fines comerciales.

Además de eso, el productor musical participa en los procesos de grabación y mezcla; e incluso de masterización. Se apoya en profesionales como ingenieros y asistentes en cada uno de los procesos, pero la realidad es que un productor musical es capaz de hacer todas esas tareas.

Los tiempos han cambiado y a pesar de que antes en la industria musical era necesaria la participación de todo un equipo para la adecuada producción musical, hoy en día incluso los mismos músicos, artistas y creadores se han convertido en productores musicales de sus obras.

Para entender mejor el papel del productor musical, te comparto las etapas que componen el proceso de producción musical y cómo interviene el productor musical en cada una de ellas.

ETAPAS DE LA PRODUCCIÓN MUSICAL

1. Conceptualización de la idea creativa

Te ha pasado que escuchas un disco y te viene a la mente cosas como: esto suena a tal disco de tal banda. O incluso has escuchado que cierta banda quiere trabajar con tal productor porque les ha gustado el trabajo con otras bandas en disco como tal y tal.

Pues mucho tiene que ver con el concepto creativo que ofrece el productor musical y que forma parte de su firma o marca profesional y de su reputación.

La conceptualización de la idea creativa es una de las etapas más importantes porque sirve como hilo conductor sobre el cual se desarrollara el producto musical.

No es forzoso definirlo desde el inicio, ya que es posible que exista la obra en forma de demo y el concepto creativo se puede ir desarrollando a lo largo del proceso de producción musical.

Incluso durante la grabación es posible que el concepto detrás de la obra cambie y se hagan los ajustes pertinentes.

Esto es lo divertido de todo el proceso de producción musical, que nada es certero hasta el final.

¿A qué me refiero con conceptualización de la idea creativa?

Por este término rebuscado me refiero a una serie de respuestas que le dan sentido a la obra que se está creando:

  • ¿Cuál es el objetivo de la obra? 
  • ¿Qué es lo que quiero transmitir?
  • ¿Cuál es el mensaje o experiencia detrás de ella? 
  • ¿Por qué motivos quiero hacerla?
  • ¿Qué me hace sentir y espero que haga sentir a quien la escuche?

Mientras el creador le da un sentido más humanista y artístico al concepto, el productor musical se encarga de moldearlo para justificar su objetivo comercial.

Es decir, buscará que la obra suene a algo que la gente quiera escuchar y que genere dinero sonando lo mejor posible.

En tiempos ancestrales, cuando las disqueras reinaban la industria musical, la conceptualización artística se ponía en disputa dependiendo de los intereses del mismo sello.

Si lo que quería era vender más a costa de lo que el artista quisiera crear, la conceptualización quedaba en segundo plano.

Y así comenzaron las diferencias entre artistas y las grandes corporaciones. 

Por lo general se involucraba el manager, arreglistas, canta-autores, el representante artístico, los asociados del sello, el productor y hasta el abogado.

Afortunadamente, hoy en día el creador (que suele ser el mismo artista) tiene más poder de decisión sobre lo que quiere hacer con su obra. Y en la escena independiente, es común que el mismo artista sea el productor musical de su obra. 

2. La Composición en la Producción Musical

En el proceso de la producción musical, esta es la etapa de ejecución sobre el que el concepto se va a sostener.

Aquí se estructura musicalmente la obra y se le da sentido. Arreglistas se pueden sumar para darle fuerza a la obra y complementarla con más intrumentación, coros, etc.

Es posible que ya exista la composición como tal por parte de los músicos o creativos. Al final, el papel del productor musical estará en darle estructura si es necesario y propondrá mejoras para obtener un mejor producto.

Una de las habilidades que debe tener un productor musical es el de saber el lenguaje musical. 

El productor musical es un visionario por naturaleza y por eso se le confía el rumbo del producto final. Y la única forma de lograrlo es a través de la mejor comunicación con el creador.

Es decir, el productor musical debe saber de música para entender lo que el creador quiere hacer con su obra. Si no habla su lenguaje, muy difícilmente podrá convencerlo de que sus ideas son lo mejor para el producto final.

Es común que artistas amateurs tengan tantas ideas y entusiasmo por poner todo en una canasta. Que al final resulta en canciones muy complejas, con excesos de sonidos y a veces sin estructura. Incluso muchos creadores son líricos y no tienen formación musical.

Ahí el reto del productor musical para negociar que se queda y que se va a favor del producto y en beneficio de los creadores. 

3. Proceso de Grabación en la Producción Musical

Una vez que el tema o canción está compuesta y se ha ensayado lo suficiente, es momento de grabar instrumentos, voces, efectos y todo lo necesario para que quede fijo en un formato físico o digital.

De manera estándar, los creadores y el productor musical se apoyan en ingenieros y asistentes de grabación.

Si bien el ingeniero de grabación es aquel que conoce a detalle el trasfondo físico y operativo detrás del lugar donde se grabará, el productor también debe entender estos aspectos.

El productor musical debe conocer de acústica, audio, software y hardware, procesadores, sintetizadores, electrónica y sobre todo sobre el equipo involucrado en el proceso de producción musical. Como instrumentos, micrófonos, tipos de cables, consolas, mezcladoras, sistemas de PA, backline y demás.

Así como el productor debe ser capaz de comunicarse con músicos, éste también debe traducir las intenciones artísticas a mensajes operativos en el proceso de grabación.

Como proponer el uso de ciertos amplificadores o micrófonos o técnicas de grabación para que suene a lo que debe sonar según el concepto creativo.

Y aunque él no sea forzosamente quien opere los sistemas, al final debe estar vigilando que se esté llevando adecuadamente.

Bueno, esto era lo común anteriormente. Hoy en día el mismo productor también puede ser el ingeniero de grabación y por ende, el mismo artista o creador puede ser su mismo ingeniero de grabación.

Los tiempos ya son otros.

4. Etapa de Mezcla en la Producción Musical

El proceso de grabación termina cuando ya se tiene fijo todos los sonidos que formarán parte de la obra. Actualmente el formato utilizado por excelencia es el digital, pero aún existen lugares donde se fija en cintas electromagnéticas aunque ya no es muy común.

Nuevamente enfatizo la importancia de la conceptualización creativa del producto musical.

Ya que en el proceso de mezcla, ya sea el productor musical con o sin apoyo de un ingeniero de mezcla, ambos visualizan el espacio sonoro sobre el cual se ubicaran todos los sonidos grabados.

Sin adentrarme tanto en detalle a las técnicas de mezcla y sus procesos, lo importante es entender que en esta etapa se le da cuerpo y espacio a todo lo que se grabó en la etapa anterior.

Esto con ayuda de más procesamiento de audio, direccionamiento del sonido (paneos), limpieza de las grabaciones, equilibrio sonoro, ecualización y demás.

Todo esto también debe ser parte de lo que es un productor musical y por eso su importancia en todo este proceso que compone la producción musical.

5. La Materización en la Producción Musical

Hemos llegado a la última etapa para que esa obra musical quede bien pulida y hermosa. Así es, la masterización es un proceso casi artesanal y de operación especializado.

Este proceso es como mágico, ya que es aquí donde se le da ese toque para que el resultado sonoro sea como de otro mundo.

Se utiliza tecnología especializada para acentuar frecuencias, darle apertura sonora extrasensorial a la obra e incluso una independencia única a cada sonido.

Es difícil de explicar, pero al escuchar el producto en mezcla y luego en máster, es notoria toda esta magia que te estoy platicando.

Los especialistas en masterización se habían considerados gurús y maestros que requierían años de experiencia para lograr un excelente nivel de especialización.

Sin embargo, la tecnología en la producción musical ha avanzado tanto, que existe software para masterizar cualquier cosa en cuestión de minutos. 

Debes ver a este proceso como la cereza del pastel.

Si todo lo demás estuvo mal ejecutado, evidentemente la masterización no hará magia. Incluso es posible que sea lo contrario y empeore el resultado final.

¿Cuál es la importancia de la producción musical hoy en día?

El nuevo milenio recibió con una patada en el trasero muy fuerte a la industria musical y desde los años 2000’s hemos visto una serie de efectos que han transformado todos y cada uno de los procesos y agentes involucrados en la producción de cualquier obra musical. Tales como:

  • La piratería y descarga ilegal de contenido digital (entre ellos obras musicales).
  • La caída de grandes sellos discográficos.
  • La desaparición de grandes estudios de grabación.
  • El acceso a tecnología avanzada y práctica para producir música.
  • El boom de las redes sociales y la promoción/distribución “gratuita”.
  • Los servicios de streaming digital como la nueva forma de consumo.
  • La aparición de más creadores digitales (artistas, vloggers, youtubers, influencers).
  • El desarrollo de home studios y la portabilidad en dispositivos para producir. 
  • El abaratamiento de la mano de obra en la industria musical.
  • Devaluación en la producción musical.
  • Independización de artistas y creadores digitales.

Y con todos estos fenómenos, la producción musical pasó de ser un proceso exclusivo y  hermético de la industria musical en espacios de ensueño, a ser un proceso que hoy en día artistas independientes ya hacen con su smartphone en el baño de un hotel y se vuelven hits certificados oro por sus altas ventas en plataformas como Spotify y YouTube.

En géneros como el pop, el rap-trap o el raggaeton, es común que no se le de tanto el valor que merece por su trasfondo comercial. Por ser hits del momento.

Pero aún se siguen generando discos completos y conceptuales que buscan contar historias. Y afortunadamente hay gente en la industria que aún se preocupa por ofrecer el mejor producto sonoro a sus gente, a sus fans y amantes de la música.

Es común en la industria decir que al final, a la gente (consumidor final) no le importa.

Pero como profesionales de la industria o melómanos que somos, en nosotros está el compromiso por conservar y darle valor a todo el trabajo que está detrás de una producción musical.

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