Hoy hemos decidido escribir un artículo sobre música, sentimientos y amor. Y es que seguro que tú también has escuchado una canción y te ha recordado a alguien o ha avivado tus sentimientos hacia esa persona tan querida, ya sea tu pareja, una amistad o un familiar.
La psicología de la música es un campo muy interesante que empezó a estudiarse en el siglo XX ya que se demostró que la música estaba muy relacionada con la inteligencia emocional. A fin de cuentas, la música es un lenguaje universal que todos entendemos y que afecta a como sentimos y vivimos.
¿Cómo afecta el amor a la música?
El amor es uno de los sentimientos más usados por los interpretes en las letras de sus canciones y por los compositores al escribir sus obras. En resumen, el amor ha sido en muchas ocasiones musa de oboístas y de otros tantos artistas.
¿Cómo afecta la música al amor?
La música es una parte fundamental en el amor, toda pareja tiene una canción y está demostrado que viene de un momento determinado que queda guardado en nuestro cerebro gracias a esa melodía, por lo general un recuerdo bonito.
Una canción además tiene el poder de despertar emociones, consigue que llores o sonrías; la música tiene una gran capacidad de hacernos sentir y no solo amor romántico, también es un factor que acompaña a otro tipo de amores y sentimientos.
Se dice que la música es una imitación de las cosas más cercanas a la vida. Sin embargo, algunas cosas no pueden expresarse a través del lenguaje verbal. La música sí puede reemplazar el lenguaje y solo si logramos explicarnos a través de la música podemos entender realmente por qué nos da estos sentimientos.
Hay una frase que define muy bien esta relación entre música y amor: “el amor y la música no se ven, pero se sienten y se disfrutan como nada en la vida.”
Además, atención, Robert Zatorre, profesor de neurología y neurocirugía en el Instituto Neurológico de Montreal, ha descubierto que el cerebro libera dopamina, la hormona del placer, cuando se escucha música. ¿Adivina que más libera dopamina? ¡El sexo! ¿Conclusión? ¡Tanto el sexo como la música excitan!
Fuente: Medina Reeds